EUROPA A LA DERIVA
#RefugioPorDerecho
#VenidYa
Por un cambio de rumbo que frene la violación de derechos de las personas
migrantes y refugiadas.
Las políticas europeas de migración y asilo, lejos de dar
una respuesta solidaria, basada en el respeto a los derechos humanos de las
personas migrantes y refugiadas, han puesto en grave riesgo las vidas de miles
de personas, muchas de ellas mujeres, niñas y niños, convirtiendo el mar
Mediterráneo en la mayor fosa común en el mundo donde han muerto más de 25.000
personas en los últimos 15 años.
En el mundo hay 65,3
millones de personas refugiadas o desplazadas que han huido de sus casas por
culpa de un conflicto, casi tantos habitantes como Francia, 1 de cada 113
habitantes en el mundo vive esta situación, cada minuto 24 personas son
desplazadas.
El 18 de marzo de 2016, los líderes europeos firmaron una
declaración con Turquía que, además de ser vergonzosa e ilegal, pone en un
mayor riesgo a estas personas justificando su devolución a un país como Turquía
que ha demostrado que no garantiza los derechos humanos y la adecuada
protección que merecen.
Este acuerdo vulnera la Carta Internacional de Derechos
Humanos, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, el Convenio Europeo de
Derechos humanos y la Convención de Ginebra para los Refugiados, así como diferentes
Directivas europeas en materia de asilo. Un acuerdo que propicia el naufragio
de la Europa social, abandonando los valores y los principios que configuran
Europa como un espacio común de libertad, seguridad y justicia, fundada sobre
los valores de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad a
los que se refiere el Preámbulo de la Carta de Derechos Fundamentales de la
Unión Europea.
Además, el acuerdo utiliza a las personas refugiadas como
moneda de cambio que responde a intereses económicos y geoestratégicos y no a
la protección a la que legalmente tanto la UE como Turquía están obligadas a
garantizar. Hacer de las personas refugiadas una mercancía para el intercambio
económico es inhumano, ilegal e intolerable. El acuerdo, unido a las medidas
adoptadas unilateralmente por los estados miembros que dificultan o impiden la
entrada en su territorio de solicitantes de asilo, no aportan una solución y
provocarán la apertura de otras vías más peligrosas y costosas para las
personas refugiadas como la del Mediterráneo Central que es la más mortal del
mundo. El Gobierno Español no está cumpliendo sus compromisos (acoger a 17.337 personas
refugiadas) y en mayo de 2017 solo había acogido a un 7,5% de los refugiados.
Por tanto, faltan por llegar 16.033 (el 92,5%) y en septiembre de este año
finaliza el plazo para que España cumpla sus compromisos.
Por todo ello, las organizaciones firmantes exigen: A la
Unión Europea y a sus Estados miembros:
• Cambiar el enfoque de las políticas de migración y asilo
poniendo en el centro a las personas y a sus derechos.
• Cumplir de la legalidad europea e internacional.
• Retirar el acuerdo de la UE y Turquía.
• Habilitar vías legales y seguras para que las personas
refugiadas no tengan que arriesgar su vida en peligrosas rutas. Debe
garantizarse, especialmente, que las mujeres no estén sometidas a violencia
sexual y de género, y que los y las menores y las personas con diversidad
funcional reciben la protección adecuada.
• Garantizar una acogida digna y adecuada protección que
incluya la atención sanitaria y respeto a los Derechos Humanos así como cumplir
los compromisos asumidos en este sentido, habilitando los presupuestos y los
recursos acordes al desafío humanitario fruto de las guerras y desigualdades.
• Garantizar la protección de las organizaciones y personas
que apoyan a la población refugiada. La complejidad de la situación hace que su
trabajo sea absolutamente necesario y debe ser complementario al que las
instituciones europeas están obligadas a realizar.
• Deben combatirse activamente los discursos y narrativas
xenófobas. Las consecuencias de no hacerlo pueden ser muy peligrosas para la
construcción de la necesaria convivencia y cohesión social en Europa.
• Incorporar en las políticas migratorias a nivel europeo el
objetivo de la gestión de las nuevas fronteras invisibles que se están generando
en nuestras ciudades y en nuestros barrios, con una apuesta decida por la
construcción de convivencia y dialogo intercultural.
• Finalizar la militarización de la zona que puede derivar
en conflictos aún más complejos con gravísimas consecuencias para la población.
• Apostar por una política europea y presupuestaria común
que de apoyo a la situación de personas refugiadas y migrantes.
• Asegurar la
protección de quienes son más vulnerables en este conflicto: mujeres y niñas ya
que a las difíciles situaciones de las que están huyendo y las que se
encuentran durante el trayecto, hay que sumarle los riesgos añadidos que corren
por el hecho de ser mujeres: principalmente explotación, violencia y acoso
sexual.
• Garantizar la educación de los refugiados menores de edad,
principalmente niños, que deambulan por los centros y campos de refugiados de
larga instancia. Cumplir este derecho de acuerdo con la normativa internacional
y europea como un derecho fundamental de recibir una educación adecuada.
• Aumentar los fondos de ayuda humanitaria y de desarrollo
para apoyar a las víctimas y mejorar las condiciones de vida de los países.
Al Gobierno español:
• Retirar su apoyo al acuerdo de la UETurquía e instar a su
retirada definitiva por parte del resto de los Estados de la Unión Europea
• Agilizar la acogida de personas refugiadas a través de los
programas de reasentamiento y reubicación
• Reforzar el sistema nacional de acogida a personas
refugiadas de manera acorde a la evolución de las necesidades con los recursos,
número de plazas y presupuesto necesario.
• Respetar escrupulosamente los derechos humanos en la
frontera sur (específicamente en las fronteras de Ceuta, Melilla, Canarias y la
costa marroquí) y en el resto de las fronteras europeas.
• Exigir que se garanticen unas condiciones de vida dignas
en los centros y asentamientos en los que esperan las personas refugiadas hasta
llegar al país en el que hayan solicitado asilo.
• Velar porque el conjunto de actores políticos, económicos
y sociales no empleen mensajes de carácter xenófobo, discriminatorio o racista
hacia la población migrante y refugiada que puedan contribuir a la generación
de prejuicios y actitudes racistas o violentas hacia dichas personas.
• Llevar a cabo acciones específicas de información y
sensibilización de la opinión pública española sobre la situación de emergencia
actual y sus causas, contando con el conjunto de actores de la sociedad civil
que trabajan con población refugiada tanto en España como en los países de
origen, todo ello con la necesaria aplicación de la perspectiva de género en
dichas actuaciones.
• Reforzar la política de integración con un plan de barrios
que apueste por la convivencia, el dialogo intercultural, la gestión positiva
de la diversidad y la lucha contra el racismo y la xenofobia.
• Incrementar los fondos para ayuda humanitaria y ayuda al
desarrollo sin utilizar los fondos de cooperación internacional como
compensación o incentivo al control de fronteras ni destinarlos a la atención
de personas solicitantes de asilo y refugio en Europa. La atención de estas
personas debe garantizarse con fondos específicos, suficientes y sostenidos en el
tiempo.
• Defender una postura en las instituciones europeas, que
sea reflejo del sentir de la sociedad española, y que, por tanto, defienda el
cumplimiento de la legalidad y el respeto a los derechos humanos de las
personas migrantes y refugiadas.